Aquí acaba el primer tomo de mi novela sobre los chicos de One Direction. Espero que os haya gustado y que os guste el tomo dos. Si tenéis ideas para nombres estoy abierta. Mi twitter @1D_Best_Idols.
Gracias a todos.
Blanca es una cantante que acaba de salir a la fama. Ella y sus amigas son Directioners, pero ya han perdido la esperanza de conocer a sus ídolos. ¿Qué pasaría si acudiese un invitado sorpresa a uno de los conciertos?
Living The Dream
domingo, 25 de mayo de 2014
Capítulo 28
Narra Blanca
Zayn.
Me despierto con su nombre en la
cabeza. Puedo palpar su sabor deseable e hiriente al mismo tiempo.
Trago un poco de saliva y noto que me
duele la garganta. Sacudo la cabeza, que me pesa, y me levanto de la
cama.
«María, tengo que estar pensando en
María» me digo, pero todo lo que me viene a la cabeza es Zayn.
Sigo odiándome por haber roto la
relación que tenía con uno de mis ídolos, pero por otra parte no
puedo evitar sentirme molesta con él. ¿Por qué tiene que coquetear
de esa forma? Y otra voz dice: ¿y si no se da cuenta de lo que hace?
Esa voz es una que ha estado conmigo desde que escuché la primera
canción de One Direction, pero ha cambiado al conocerles. Se había
debilitado y escondido, pero últimamente cobra fuerza: estoy muy
enamorada de él, lo sé, lo noto, y mis sentimientos son cada vez
más intensos. Entonces me pregunto qué diría él si supiese que mi
amor por él es tan fuerte que hunde la preocupación por una de mis
mejores amigas bajo un velo secundario. Pero al instante pienso que
es aburdo, que no le importaría. Tiene novia. Perrie es su novia. A
mí me gustaba Little Mix y admiraba a todas, pero ahora Perrie ha
quedado muy lejana y fría para mí.
Suena
el timbre. Descartando la idea de que sea una fanática con mucha
suerte camino hasta el recibidor de mi habitación del hotel y abro
la puerta.
Melisa está de pie en el pasillo, y
yo fuerzo una soñolienta sonrisa que ella me devuelve. Entra y me
muestra el paquete que trae.
Se me cae el alma a los pies cuando
veo que el contenido son donuts y chocolate caliente.
Ahora no puedo decir que no.
Narra Liam
Cuando me
despierto pego un respingo: me he dormido en la solla junto a la cama
de Mría, con mi cabeza apoyada en su brazo; tengo una marca roja que
me surca la cara, l veo en el pequeño espejo que cuelga de la pared
de enfrente.
Me
froto los ojos y acaricio tiernamente el rostro de María mientras
unas silenciosas lágrimas empiezan a brotar de mis ojos marrones. No
puedo dejar que se vaya, y menos aún sin habérselo dicho, sin
haberle dicho que la amo con todo mi corazón. La idea de María
desapareciendo de mi mundo se me hace totalmente insoportable, pero
lo veo con nitidez, cercano. «¿Por qué no le dijiste nada cuando
pudiste?». Pero no la voy a dejar marchar. Blanca me ha traído la
comida por una razón: tengo que luchar, comer, seguir adelante por
ella y, sin embargo...
Me tiro de los
pelos y lloro, lloro muchísimo.
Entonces me
inclino sobre ella para besarla; tengo que hacerlo, lo necesito, lo
necesito.
Sus labios están
demasiado fríos y quietos, tanto que no puedo notar el pulso de su
corazón en ellos, pero los empujo dulce y desesperadamente con los
míos
No puede irse.
Las lágrimas
saben extremadamente saladas en medio de ambas bocas: fuego la mía,
hielo la suya..
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