You
are brighter,
you
are stronger,
you
have never been alone.
You
are brighter,
you
are stronger,
and
I believe in you.
You
are brighter,
you
are stronger,
and
you can face it at all,
oh
you can make it all better again.
Las últimas palabras salen de mi
boca, y el público parisino estalla en gritos. Sonrío, me aclaro la
garganta y me vuelvo a colocar el micrófono ante la boca, para
despedirme. Recuerdo rápidamente un par de palabras en francés y
pido silencio alzando una mano.
-Merci Paris- tomo aire y sigo,
en inglés-:Habéis estado increíbles. Puede que me hayáis notado
algo... desilusionada o cansada. Pues... es por problemas personales.
Tengo que agradeceros la alegría y la ilusión que habéis
demostrado en el show de esta noche y que me ha hecho sentir mejor.
Espero que nos veamos pronto otra vez- me vuelvo hacia la izquierda,
donde está Lucía, un poco insegura, y camino hacia ella-. Espero
que también apreciéis a Lucía, porque yo lo hago de verdad; además
de ser una telonera excepcional, es una buena amiga y siempre un gran
apoyo.
-Vaya, no me digas esto aquí-
interviene ella, un poco ruborizada, pero contenta-, que me halagas-
se ríe y se vuelve hacia el público-. Muchas gracias a todos. Ir de
gira con Blanca ha sido lo mejor que me ha pasado. Y, por supuesto,
me encanta la fandom de la que todos formáis parte, y quiero
daros las gracias por el apoyo y el recibimiento que siempre me dais.
-Me da pena irme, por supuesto, pero
ya sabéis que ningún concierto puede ser eterno, aunque queramos.
Así que espero que hayáis disfrutado tanto como yo y os quiero
decir que os quiero y os debo mucho a todos. Que no pienso en
vosotros como un mar de fans, si no como muchas personas geniales,
luchadoras y distintas, y quiero que sepáis que os mando amor a
todos y cada uno de vosotros. Ojalá pudiese conoceros a todos y
daros las gracias como debo, pero es algo imposible, así que espero
que cada uno de los que estáis ahí, o en cualquier punta del mundo,
sepáis que no puedo estar más agradecida. Gracias otra vez.
De nuevo, el estadio se llena con los
gritos de las fans, y una sensación de enorme alegría me recorre
cada nervio del cuerpo. Los focos se apagan poco a poco, y Lucía y
yo nos dirigimos a las plataformas de salida.
Cuando ya sólo mi cabeza asoma por el
hueco, grito al micrófono un último Merci.
La luz del backstage me recibe,
trémula y sin vitalidad ni ánimo, lo que contrasta con las alegres
luces del escenario. Mi estilista y mi manager sonríen, y yo les
devuelvo la sonrisa.
-Lo haces cada día mejor- dice ella,
mirándome con cariño.
-Supongo que maduro en este trabajo-
me encojo de hombros, mientras me quito la chaqueta de cuero rojo que
llevo puesta.
-Y la verdad, no podríamos haber
hecho mejor elección con el telonero, ¿verdad?- añade George,
dándole a Lucía unas palmadas en la espalda.
-Tienes razón- abrazo a mi amiga, y
mi manager ríe.
-Y tú que te enfadaste por elegirla
sin tu opinión.
-Es verdad que deberíais haber
hablado conmigo. Suerte que salió tan bien- miro a mi alrededor-. ¿Y
Meli?
-Se fue, porque...
-Porque le echaste- interviene Carla,
sacudiendo su bucles marrones, acabados en mechas rosas.
-¿La echaste?
-Blanca, dijimos que podía venir,
pero hoy había que organizar cosas- repone George, serio.
-Ah, da igual. ¿Podemos ir al hotel
ya?
-Claro, pero recuerda que tendrás que
atender al mar de fans de fuera- ríe Lucía, guiñando un ojo.
-¿Es algo nuevo?
-Supongo que no.
Nos montamos en el coche de cristales
negros y nos dirigimos al hotel, situado cerca de la torre Eiffel.
Puedo ver en seguida el mogollón de
gente ante las puertas del edificio, aguardando mi llegada. Alcanzo
mi chaqueta y me la pongo, porque hace fresco, y luego salgo al
exterior, tras los guardias.
-¡Ahí! Corred- grita una, en
francés, y los guardias se ponen en guardia para frenar el mar de
fans. Sonrío.
-Déjame saludarlas- le digo a uno en
bajo. Él me mira, dudando, y luego mira a George, que asiente.
-Cuando lleguemos a las puertas; ya
sabes de lo que son capaces en grupos.
-Oh, por favor, que no me van a
atacar- replico, suspirando, y saludando con la mano a las chicas que
se acumulan tras el círculo de guardaespaldas.
-Yo no estaría tan seguro de que no
van a atacar- replica otro guardaespaldas, y sacudo la cabeza,
exasperada.
Lucía está un poco más atrás, y
varias fans han aprovechado que cerca suyo sólo hay un
guardaespaldas para conocerla. Mi amiga reparte autógrafos y
sostiene cámaras y móviles, algo insegura. Sonrío de nuevo; tiene
que acostumbrarse un poco.
Por fin me dejan saludar a los fans un
rato, que se empujan unos a otros para tener su oportunidad. Los
guardias se esfuerzan por mantener un número controlable de fans a
mi alrededor.
Casi diez minutos más tarde, me tiro
sobre la cama de mi cuarto. Lucía se apoya en el hueco de la puerta
y sonríe.
-Cansan, ¿eh?
-Bueno, es tarde- repongo. Entonces mi
móvil empieza a sonar, y me lo llevo a la oreja.
-¡Blanca!- la voz alegre de Clara me
saca una sonrisa-.¿Qué tal si haces una llamadita por Skype ahora?
-Hecho- alcanzo mi portátil, lo saco
de la funda y lo enciendo. Luego indico con un gesto a Lucía que se
acerque y se sienta junto a mí en la cama.
En la pantalla aparece la imagen de
una sonriente Clara, y tras ella están Harry, Niall y Noe; un poco
más lejos veo a Louis tumbado en un sofá.
-¿Dónde estáis?- pregunto, y ellos
ríen.
-En casa de un tío de Louis- responde
Noe-. ¿Tú?
-En París, acabo de llegar al hotel
del Show.
-¿Ha ido bien?
-Genial, cada día me alegro más de
este trabajo; los fans son increíbles.
-¿Verdad?-Liam aparece por un lado,
con María al lado-. Son la mejor parte.
-¿Nos incluyes en los fans?- pregunta
Lucía, con curiosidad.
-Yo creo que sois algo más. Amigas,
¿no? ¿O preferís fans?
-Amigas- decimos todas al unísono, y
los chicos sonríen.
-Pero yo sigo preguntándome... ¿cómo
es posible todo esto?- María suspira y mira de reojo a Liam, lo que
me pica la curiosidad.
Nos cuentan qué han estado haciendo,
y a cada palabra les echo más de menos, pero todavía tengo que
terminar el Tour.
Finalmente, ante la pantalla sólo
quedo yo; Lucía se ha ido a dormir ya, y Meli no ha aparecido. Clara
se va con Harry a buscar algo a la cocina, y Liam se queda solo. Me
mira con seriedad.
-¿Qué os pasa?
Sé que se refiere a Zayn y a mí,
pero siento la necesidad de preguntar:
-¿A quién?
-Lo sabes. No entiendo por qué no os
habláis, por qué discutís, por qué os tratáis así, tan mal.
Creía que le querías.
-Es mi ídolo- luego dudo-. Bueno, o
lo fue... Oh, ya no sé ni como consideraros; si como amigos o como
ídolos...
-Eso no importa. De ambas maneras le
querrías, ¿verdad?
-Sí. No sé Liam... me imagino
cosas... juzgo su comportamiento...
-Se siente mal.
-¿Por mi culpa?
-Tampoco está muy bien ahora con
Perrie, que digamos.
-Por mi culpa- repito, esta vez como
afirmación.
-Te llamó...
-¡Le pediste tu que me llamara!-
replico, y me muerdo el labio, para contener las lágrimas.
-Porque necesitaba ese impulso. Pero
él quería hacer algo, arreglar lo que fuera que te hizo...
-Y yo lo estropeé.
-Por lo visto, sí.
Hundo la cabeza entre las manos, y me
froto los ojos, que comienzan a estar peligrosamente húmedos.
-Pero yo... tenía la sensación de
que...
-¿Liam- interviene una voz, y Liam se
gira. Zayn está detrás, mirándolo, con la cabeza baja.
-Dime.
Zayn echa un breve vistazo a la
pantalla, y me siento incómoda y mal, por lo que aparto al mirada, a
la vez que lo hace él.
-Nada- hace una pausa-. Vamos a salir
a las fiestas del pueblo a cenar.
Narra Noelia
Niall suelta la enésima tontería de
esta noche, mientras coge otro pincho de carne y lo observa con aire
travieso.
Me voy a apartar... pero la carne ya
me ha dado de lleno en la cara, llenándome de la salsa que lleva.
-¡Maldito rubio!- exclamo, mientras
recojo el pincho del suelo y salgo tras Niall, que ya huye de mí.
Lo alcanzo junto a un puente iluminado
por la luna y las luces de la fiesta. Está de pie al borde del agua,
y la contempla; las luces perfilan su rostro, que parece aún más
bonito así. Me quedo embobada mirando las curvas de su rostro, y me
detengo en la boca; tiene los labios entreabiertos y jadea un poco
por la carrera. Cuando cierra la boca bruscamente, vuelvo a la
realidad y recuerdo la guerra que acabamos de iniciar; me acerco
sigilosamente, con intención de estamparle el pincho de carne en la
nuca...
-Es bonito- murmura él.
-¿Qué?
-La luna, el reflejo en el agua. Me
mira, y repara en el pincho de carne que sujeto con la mano. Tuerce
la boca-. Venga ya, esto es en serio. Era una bromita.
-Una bromita que te voy a devolver- me
lanzo hacia él y salto, a la vez que le estampo la carne en la nuca.
Pierde el equilibrio, y ambos acabamos
en el agua del riachuelo, uno tendido junto al otro.
-Ah, no, eso es abuso. Yo sólo te he
estampado la carne.
-De abuso nada, ¿no ves que estoy yo
también empapada? Estamos en paz.
Me saca la lengua, y luego se
incorpora, poniendo sus rodillas sobre mis piernas y mirándome a los
ojos.
Mi respiración se vuelve entrecortada
al sentir su cuerpo sobre el mío, y agradezco que la luz lunar tape
el rubor que sé que han adquirido mis mejillas.
Pero entonces él empieza a hacerme
cosquillas, y me revuelvo en el agua, tratando de apartarlo, casi
ahogada por la risa.
-¡Niall! ¡Rubio malvado!- chillo.
La mano que me hacía cosquillas en el
cuello se para y va bajando hasta la zona donde tengo mi marca de
nacimiento. La roza con los dedos, haciendo que cada fibra de mi ser
se estremezca ante su contacto.
-Tienes una luna.
-¿Una luna? Estás borracho tú,¿eh?
-La marca, parece una luna.
-¿Eso crees?
-Y tus ojos... son dos estrellas. Estrellas que brillan de forma traviesa, pero muy bonitas.
-Y tus ojos... son dos estrellas. Estrellas que brillan de forma traviesa, pero muy bonitas.
Ha bajado la cabeza, y yo estoy ahora
apoyada sobre mis codos, con el agua empapando mi piel y mis ropas.
Puedo sentir su aliento y los latidos de su corazón muy cerca, y eso
me vuelve a alterar.
-Niall... ¿qué dices?
Me coloca un dedo sobre los labios y
acerca la cara a la mía. ¿Qué pretende?
Sus ojos no me miran, en realidad,
cuando nuestras frentes se rozan, cuando siento sus pectorales contra
mi cuerpo.
Por eso, cuando roza mis labios con
los suyos, al principio con suavidad, luego con más presión, me
siento confusa y feliz a la vez.
-Niall- murmuro, en un susurro medio
interrogativo, con los labios pegados a la boca de él.