Living The Dream

domingo, 13 de octubre de 2013

Capítulo 21

You are brighter,
you are stronger,
you have never been alone.
You are brighter,
you are stronger,
and I believe in you.
You are brighter,
you are stronger,
and you can face it at all,
oh you can make it all better again.

Las últimas palabras salen de mi boca, y el público parisino estalla en gritos. Sonrío, me aclaro la garganta y me vuelvo a colocar el micrófono ante la boca, para despedirme. Recuerdo rápidamente un par de palabras en francés y pido silencio alzando una mano.
-Merci Paris- tomo aire y sigo, en inglés-:Habéis estado increíbles. Puede que me hayáis notado algo... desilusionada o cansada. Pues... es por problemas personales. Tengo que agradeceros la alegría y la ilusión que habéis demostrado en el show de esta noche y que me ha hecho sentir mejor. Espero que nos veamos pronto otra vez- me vuelvo hacia la izquierda, donde está Lucía, un poco insegura, y camino hacia ella-. Espero que también apreciéis a Lucía, porque yo lo hago de verdad; además de ser una telonera excepcional, es una buena amiga y siempre un gran apoyo.
-Vaya, no me digas esto aquí- interviene ella, un poco ruborizada, pero contenta-, que me halagas- se ríe y se vuelve hacia el público-. Muchas gracias a todos. Ir de gira con Blanca ha sido lo mejor que me ha pasado. Y, por supuesto, me encanta la fandom de la que todos formáis parte, y quiero daros las gracias por el apoyo y el recibimiento que siempre me dais.
-Me da pena irme, por supuesto, pero ya sabéis que ningún concierto puede ser eterno, aunque queramos. Así que espero que hayáis disfrutado tanto como yo y os quiero decir que os quiero y os debo mucho a todos. Que no pienso en vosotros como un mar de fans, si no como muchas personas geniales, luchadoras y distintas, y quiero que sepáis que os mando amor a todos y cada uno de vosotros. Ojalá pudiese conoceros a todos y daros las gracias como debo, pero es algo imposible, así que espero que cada uno de los que estáis ahí, o en cualquier punta del mundo, sepáis que no puedo estar más agradecida. Gracias otra vez.
De nuevo, el estadio se llena con los gritos de las fans, y una sensación de enorme alegría me recorre cada nervio del cuerpo. Los focos se apagan poco a poco, y Lucía y yo nos dirigimos a las plataformas de salida.
Cuando ya sólo mi cabeza asoma por el hueco, grito al micrófono un último Merci.
La luz del backstage me recibe, trémula y sin vitalidad ni ánimo, lo que contrasta con las alegres luces del escenario. Mi estilista y mi manager sonríen, y yo les devuelvo la sonrisa.
-Lo haces cada día mejor- dice ella, mirándome con cariño.
-Supongo que maduro en este trabajo- me encojo de hombros, mientras me quito la chaqueta de cuero rojo que llevo puesta.
-Y la verdad, no podríamos haber hecho mejor elección con el telonero, ¿verdad?- añade George, dándole a Lucía unas palmadas en la espalda.
-Tienes razón- abrazo a mi amiga, y mi manager ríe.
-Y tú que te enfadaste por elegirla sin tu opinión.
-Es verdad que deberíais haber hablado conmigo. Suerte que salió tan bien- miro a mi alrededor-. ¿Y Meli?
-Se fue, porque...
-Porque le echaste- interviene Carla, sacudiendo su bucles marrones, acabados en mechas rosas.
-¿La echaste?
-Blanca, dijimos que podía venir, pero hoy había que organizar cosas- repone George, serio.
-Ah, da igual. ¿Podemos ir al hotel ya?
-Claro, pero recuerda que tendrás que atender al mar de fans de fuera- ríe Lucía, guiñando un ojo.
-¿Es algo nuevo?
-Supongo que no.
Nos montamos en el coche de cristales negros y nos dirigimos al hotel, situado cerca de la torre Eiffel.
Puedo ver en seguida el mogollón de gente ante las puertas del edificio, aguardando mi llegada. Alcanzo mi chaqueta y me la pongo, porque hace fresco, y luego salgo al exterior, tras los guardias.
-¡Ahí! Corred- grita una, en francés, y los guardias se ponen en guardia para frenar el mar de fans. Sonrío.
-Déjame saludarlas- le digo a uno en bajo. Él me mira, dudando, y luego mira a George, que asiente.
-Cuando lleguemos a las puertas; ya sabes de lo que son capaces en grupos.
-Oh, por favor, que no me van a atacar- replico, suspirando, y saludando con la mano a las chicas que se acumulan tras el círculo de guardaespaldas.
-Yo no estaría tan seguro de que no van a atacar- replica otro guardaespaldas, y sacudo la cabeza, exasperada.
Lucía está un poco más atrás, y varias fans han aprovechado que cerca suyo sólo hay un guardaespaldas para conocerla. Mi amiga reparte autógrafos y sostiene cámaras y móviles, algo insegura. Sonrío de nuevo; tiene que acostumbrarse un poco.
Por fin me dejan saludar a los fans un rato, que se empujan unos a otros para tener su oportunidad. Los guardias se esfuerzan por mantener un número controlable de fans a mi alrededor.
Casi diez minutos más tarde, me tiro sobre la cama de mi cuarto. Lucía se apoya en el hueco de la puerta y sonríe.
-Cansan, ¿eh?
-Bueno, es tarde- repongo. Entonces mi móvil empieza a sonar, y me lo llevo a la oreja.
-¡Blanca!- la voz alegre de Clara me saca una sonrisa-.¿Qué tal si haces una llamadita por Skype ahora?
-Hecho- alcanzo mi portátil, lo saco de la funda y lo enciendo. Luego indico con un gesto a Lucía que se acerque y se sienta junto a mí en la cama.
En la pantalla aparece la imagen de una sonriente Clara, y tras ella están Harry, Niall y Noe; un poco más lejos veo a Louis tumbado en un sofá.
-¿Dónde estáis?- pregunto, y ellos ríen.
-En casa de un tío de Louis- responde Noe-. ¿Tú?
-En París, acabo de llegar al hotel del Show.
-¿Ha ido bien?
-Genial, cada día me alegro más de este trabajo; los fans son increíbles.
-¿Verdad?-Liam aparece por un lado, con María al lado-. Son la mejor parte.
-¿Nos incluyes en los fans?- pregunta Lucía, con curiosidad.
-Yo creo que sois algo más. Amigas, ¿no? ¿O preferís fans?
-Amigas- decimos todas al unísono, y los chicos sonríen.
-Pero yo sigo preguntándome... ¿cómo es posible todo esto?- María suspira y mira de reojo a Liam, lo que me pica la curiosidad.
Nos cuentan qué han estado haciendo, y a cada palabra les echo más de menos, pero todavía tengo que terminar el Tour.
Finalmente, ante la pantalla sólo quedo yo; Lucía se ha ido a dormir ya, y Meli no ha aparecido. Clara se va con Harry a buscar algo a la cocina, y Liam se queda solo. Me mira con seriedad.
-¿Qué os pasa?
Sé que se refiere a Zayn y a mí, pero siento la necesidad de preguntar:
-¿A quién?
-Lo sabes. No entiendo por qué no os habláis, por qué discutís, por qué os tratáis así, tan mal. Creía que le querías.
-Es mi ídolo- luego dudo-. Bueno, o lo fue... Oh, ya no sé ni como consideraros; si como amigos o como ídolos...
-Eso no importa. De ambas maneras le querrías, ¿verdad?
-Sí. No sé Liam... me imagino cosas... juzgo su comportamiento...
-Se siente mal.
-¿Por mi culpa?
-Tampoco está muy bien ahora con Perrie, que digamos.
-Por mi culpa- repito, esta vez como afirmación.
-Te llamó...
-¡Le pediste tu que me llamara!- replico, y me muerdo el labio, para contener las lágrimas.
-Porque necesitaba ese impulso. Pero él quería hacer algo, arreglar lo que fuera que te hizo...
-Y yo lo estropeé.
-Por lo visto, sí.
Hundo la cabeza entre las manos, y me froto los ojos, que comienzan a estar peligrosamente húmedos.
-Pero yo... tenía la sensación de que...
-¿Liam- interviene una voz, y Liam se gira. Zayn está detrás, mirándolo, con la cabeza baja.
-Dime.
Zayn echa un breve vistazo a la pantalla, y me siento incómoda y mal, por lo que aparto al mirada, a la vez que lo hace él.
-Nada- hace una pausa-. Vamos a salir a las fiestas del pueblo a cenar.

Narra Noelia

Niall suelta la enésima tontería de esta noche, mientras coge otro pincho de carne y lo observa con aire travieso.
Me voy a apartar... pero la carne ya me ha dado de lleno en la cara, llenándome de la salsa que lleva.
-¡Maldito rubio!- exclamo, mientras recojo el pincho del suelo y salgo tras Niall, que ya huye de mí.
Lo alcanzo junto a un puente iluminado por la luna y las luces de la fiesta. Está de pie al borde del agua, y la contempla; las luces perfilan su rostro, que parece aún más bonito así. Me quedo embobada mirando las curvas de su rostro, y me detengo en la boca; tiene los labios entreabiertos y jadea un poco por la carrera. Cuando cierra la boca bruscamente, vuelvo a la realidad y recuerdo la guerra que acabamos de iniciar; me acerco sigilosamente, con intención de estamparle el pincho de carne en la nuca...
-Es bonito- murmura él.
-¿Qué?
-La luna, el reflejo en el agua. Me mira, y repara en el pincho de carne que sujeto con la mano. Tuerce la boca-. Venga ya, esto es en serio. Era una bromita.
-Una bromita que te voy a devolver- me lanzo hacia él y salto, a la vez que le estampo la carne en la nuca.
Pierde el equilibrio, y ambos acabamos en el agua del riachuelo, uno tendido junto al otro.
-Ah, no, eso es abuso. Yo sólo te he estampado la carne.
-De abuso nada, ¿no ves que estoy yo también empapada? Estamos en paz.
Me saca la lengua, y luego se incorpora, poniendo sus rodillas sobre mis piernas y mirándome a los ojos.
Mi respiración se vuelve entrecortada al sentir su cuerpo sobre el mío, y agradezco que la luz lunar tape el rubor que sé que han adquirido mis mejillas.
Pero entonces él empieza a hacerme cosquillas, y me revuelvo en el agua, tratando de apartarlo, casi ahogada por la risa.
-¡Niall! ¡Rubio malvado!- chillo.
La mano que me hacía cosquillas en el cuello se para y va bajando hasta la zona donde tengo mi marca de nacimiento. La roza con los dedos, haciendo que cada fibra de mi ser se estremezca ante su contacto.
-Tienes una luna.
-¿Una luna? Estás borracho tú,¿eh?
-La marca, parece una luna.
-¿Eso crees?
-Y tus ojos... son dos estrellas. Estrellas que brillan de forma traviesa, pero muy bonitas.
Ha bajado la cabeza, y yo estoy ahora apoyada sobre mis codos, con el agua empapando mi piel y mis ropas. Puedo sentir su aliento y los latidos de su corazón muy cerca, y eso me vuelve a alterar.
-Niall... ¿qué dices?
Me coloca un dedo sobre los labios y acerca la cara a la mía. ¿Qué pretende?
Sus ojos no me miran, en realidad, cuando nuestras frentes se rozan, cuando siento sus pectorales contra mi cuerpo.
Por eso, cuando roza mis labios con los suyos, al principio con suavidad, luego con más presión, me siento confusa y feliz a la vez.
-Niall- murmuro, en un susurro medio interrogativo, con los labios pegados a la boca de él.


sábado, 12 de octubre de 2013

Capítulo 20

Narra Blanca
Estrecho con más fuerza mis piernas contra mi tronco, para darme calor. Subo la manta hasta el cuello y me agazapo contra la pared junto a la cama. Las sábanas tienen un tacto suave, pero frío y seco a la vez; mi cara está pegajosa a causa de las lágrimas de anoche. ¿Qué hora será?
Saco la mano de mi refugio hecho de mantas, y un desagradable frío me palpa la piel. Tanteo el suelo en busca del móvil, hasta que lo localizo y lo subo. En la pantalla aparecen los números que marcan la hora: las cinco y media; tengo que dormirme ya, o no podré despertar a la hora marcada.
Pero no puedo. Me siento confusa y enfadada. Enfadada conmigo misma por tener esta relación tan fría y mala con Zayn... mi ídolo, al que siempre quise a mi lado como un amigo -o algo más-,como alguien a quien apoyar y en quien confiar. La conversación telefónica no mejoró nada tampoco, y mis remordimientos aumentan cada vez. Quiero arreglarlo, sí, pero cuando tengo una oportunidad, lo único que hago es arremeter una y otra vez. «¿Contra él o contra mí misma?».
Muevo bruscamente la mano, y antes de darme cuenta, el móvil ha salido volando y se ha golpeado contra la pequeña cómoda de mi dormitorio en el avión; la tapa está por un lado, la batería por otro, y el resto se ha colado bajo el mueble.
«Que se rompa».
Me llevo las manos a la cabeza y engancho los dedos en el pelo, tirando de él, arrancándolo. Tras cinco minutos más, me rindo y me incorporo lentamente. Me estremezco. Pero no hace frío, es que yo me siento fría por dentro. Alcanzo la bata negra que cuelga de un gancho, meto mis pies en las zapatillas y salgo a la estancia principal; una con un sofá, una mesa baja y unos armarios con provisiones. Me dirijo a estos últimos y saco la bolsa que contiene la tila y el aparato de calentar agua.
En realidad, nunca me ha gustado el té ni las infusiones, pero tampoco hay mucho más ahora mismo, así que acerco la taza a los labios y tomo un sorbo. Hago una mueca; está amargo y no tiene mucho sabor, pero al menos está caliente, y eso acaricia mi garganta.
Cuando me dispongo a volver a la cama, una figura aparece en la puerta.
-¿Blanca?- Lucía lleva un pijama blanco, y tiene el pelo enredado. Su voz queda ahogada por un bostezo.
-No podía dormir. ¿Y tú?
-He oído ruidos y me he despertado- se encoge de hombros, a la vez que se acerca a mí, mirándome con curiosidad-¿Qué te pasa?
-Ya lo sabes...
-No muy bien. Me he enterado de que es por Zayn, pero ¿qué pasa exactamente? Si estas celosa de Perrie...
-No estoy celosa- trato de sonar firme, pero no me sale, y bajo la cabeza. Lucía se sienta a mi lado en el sofá.
-¿Entonces? Los celos son algo muy normal, no tienes que...
-No he sido justa.
-¿Justa?
-Con él. Siempre soñé con esto, con conocerles a los cinco, con ser su amiga... y ahora que lo tengo, lo único que hago es pelearme con Zayn.
-Tendrás una razón- repone ella, dándome un abrazo.
Sacudo la cabeza. Mis dedos juguetean sobre la taza, ahora templada, tratando de retener el calor.
-Eso pensaba. Pero no sé si es una razón, o si exagero y...
-¿Cual es la razón?
-Yo... bueno, digamos que sentía- hago una pausa, trago saliva, y concluyo, en voz más baja-: que jugaba conmigo.
-¿Por qué iba a hacer eso?- suspira mi amiga, obligándome a girarme hacia ella.
-Esa es la cuestión. Que estoy pensando que Zayn hace algo malo... y no. Él es una persona buena, no juega con los sentimientos. Estoy enfadada.
-¿Con él?- pregunta, sorprendida. Esbozo una mueca irónica.
-Conmigo misma.
Narra Liam

He pensado varias veces esta noche sobre lo que viví con María. La verdad es que en ese momento no pensaba lo que decía; simplemente salía, de dentro. No sé lo que siente ella, pero tampoco conozco bien mis propios sentimientos.
Sólo se una cosa con certeza: que la quiero.
Algo caliente se enciende en mi interior al pensar en ella. Es pequeño, pero está ahí, y no lo puedo ignora. Me doy cuenta de que quiero pasar más tiempo con María, conocerla más. Pero no sé qué quiere ella, y si sabe lo que conlleva estar más tiempo conmigo; las fans la insultarían, la amenazarían. Miles de medios de comunicación inventaría rumores desagradables, y no quiero tampoco que ella se sienta incómoda de esa manera.
Giro la cabeza para mirar la hora; las cinco y media. Debería dormir, la verdad, pero quiero aclarar mis pensamientos, poner orden a mis sentimientos y hablar con María. Pero ahora, aunque lo necesite, no puedo. No voy a despertarla.
-¿Liam?
La voz viene de la puerta, y me incorporo para ver quién es. Aunque ya lo sé, por la voz.
-María, ¿qué haces despierta?
Se encoge de hombros. Quiero hablar, tengo que aprovechar que está despierta... pero no sé qué decirle, la verdad.
-¿Quieres... quieres que vayamos al jardín?- pregunto, inseguro.
-De acuerdo, pero yo voy a coger un vaso de leche caliente, eso me relaja.
Sonrío, y me pongo en pie para seguirla hasta la cocina. Acabo tomando yo también una taza caliente en mis manos, y salimos al jardín de la casa.
La brisa nocturna nos da la bienvenida, y veo como María se estremece. No dudo; le paso la chaqueta que llevo encima.
-No, no la necesito, de verdad- la rechaza, con un gesto de las manos. Pero disimula sus temblores a duras penas.
-No me mientes- replico, sonriente, y la acorralo contra el muro de la casa.
-Liam...- noto su aliento en la cara, y me recuerda a la escena de unas horas antes.
Meto su brazo en una de las mangas, mientras la atraigo hacia mí para pasarle la chaqueta por la espalda. No deja de mirarme de una manera intensa y turbadora.
Cuando voy a pasar el otro brazo por la manga... me atrapa y me hace chocar contra la pared y la mitad de su propio cuerpo, riendo.
-Eres mala.
-No necesito a un caballero- replica, guiñando un ojo.
-Ah, me intento apartar, pero ella se acerca otra vez y me vuelve a pillar por sorpresa-, pues me voy entonces, princesa nonecesitoauncaballero.
Se me queda mirando, y aprovecho para empujarla y hacerla caer suavemente sobre la hierba. Luego me agacho a su lado y le termino de colocar la chaqueta.
Nos miramos a los ojos, y antes de que pueda decir nada, me rodea el cuello con los brazos, abrazándome. Sonrío, y la estrecho entre mis brazos, contento.

Narra Clara

Para cuando bajo a desayunar, todos ya están allí. María, Liam y Louis charlan en los sofás, Niall y Noe están saliendo de la cocina, Zayn está sentado con una taza en las manos y a Harry no lo veo.
-Buenos días, dormilona- Brett aparece de pronto ante mí.
-Buenos días- sonrío, y me acerco a la cocina para prepararme el desayuno. Cuando vuelvo, veo que todo el mundo ya está acomodado y hablando, por lo que decido salir discretamente al jardín.
Me encuentro con un Harold tumbado sobre una toalla en la hierba, con un sombrero protegiéndole la cara del sol matutino. Sonrío y me acerco a él, con intención de darle un susto...
Pero cuando estoy a punto, es él el que se levanta y me agarra. Sorprendida, lanzo un gritito y caemos sobre la hierba. Harry estalla en carcajadas.
-¿Qué? Tú tienes ojos en el sombrero- le digo, conteniendo la risa que él me ha contagiado.
-Claro, y tentáculos en los dedos.
-Pulpo.
-Seré un pulpo, pero no uno cualquiera; soy un pulpo de tierra- finge una mueca seria.
-Mi pulpo de tierra- repongo, sonriente.
-Egoísta.
-¿Me lo tomo como un cumplido?
-Como usted vea, señorita- dice la última palabra en español, y me hace gracia su acento, pero a la vez me hace estremecerme. Mi ídolo, hablándome con toda normalidad...
Sacudo la cabeza, y vuelvo a mirar... me encuentro con sus ojos verdes, esos ojos que me cautivaron desde el primer día, que me iluminaban en sueños... ahora fijos en los míos. Y me pregunto si verá lo feos que son- según lo que pienso yo-.
-Guapa- dice, otra vez en español, y se acerca, con su preciosa sonrisa tironeando de sus labios.
Mi corazón se descontrola al tenerlo tan cerca, y creo que de un momento a otro se lo vomitaré en la cara.

-Clara.
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Siento tardar tanto en subir, pero es que no encuentro mucho tiempo para ponerme a escribir. Espero que este capítulo os guste tanto como el resto, y ya sabéis... i would love to see some comments, here or on twitter :D xx
Blanca xx