Living The Dream

sábado, 21 de diciembre de 2013

Capítulo 25

Narra Lucía
Cuando llegamos al lugar del que ha venido el grito vemos un bulto tendido sobre el suelo. Entrecierro los ojos para distinguir mejor la forma. Es una chica, que se ha hecho un ovillo junto al bordillo de la calzada, y se sujeta una pierna con ambas manos. Cruzo una mirada rápida con Clara y Blanca y me acerco, con cautela.
Me agacho junto a la chica y le toco el hombro con suavidad. Ella gime y se acurruca más. Es rubia y delgada, y pienso que me suena mucho. Pero no le veo la cara, por lo que no puedo estar segura de nada.
-Eh- murmuro-. ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?
Por fin vuelve un poco la cabeza. Veo sus ojos azules como el hielo, su nariz fina y su piel pálida. Un nombre acude a mi mente: Perrie. En seguida, mis cuerdas vocales lo pronuncian, y ella vuelve a gemir.
-¿Qué diablos te ha pasado?- vuelvo a preguntar.
-No sé... algo me ha empujado y he caído. Me he golpeado la rodilla- jadea.
Me vuelvo hacia atrás y sacudo la mano, para llamar la atención de mis amigas.
-¡Chicas! Ayudadme- grito, y ellas corren hacia mí.
-¿Qué ha pasado? ¿Quién es?- dice Clara. Su mirada se encuentra con la de Perrie y se para un segundo-. ¡Perrie!
Blanca se ha parado un par de pasos más allá, y parece indecisa. Clara suspira y la agarra por el brazo. Le sisea algo y la arrastra hacia aquí.
-Vamos a meterla en el hospital, y que la revisen o algo...- dice Clara, y yo asiento.
Agarro a Perrie por las piernas, y Clara por la parte de arriba. Blanca nos ayuda a cargar con ella, sin decir palabra.
Entramos en el complejo del hospital, dejamos a Perrie sentada en los bancos de recepción y avisamos a una de las enfermeras de la situación. Nos dice que harán una revisión de la rodilla y que nos comunicarán los resultados. Clara sigue siseándole cosas a Blanca al oído de vez en cuando, y yo decido llamar a Zayn para comunicarle lo ocurrido. Me parece lo correcto. La voz de Zayn suena aburrida cuando responde a la llamada:
-¿Diga?
-¡Zayn!
-Eh... ¿Lucía?- murmura, un poco más despejado.
-Sí, soy yo. Oye... ha pasado una cosa.
-Te escucho.
Carraspeo un poco para aclararme la garganta y procedo a contarle todo el incidente.
-Mira... Perrie ha aparecido de pronto junto al hospital. Se ha tropezado, o algo le ha empujado y se ha golpeado la rodilla. Están revisando si está rota. Si quieres...
-¿Perrie?- la voz de Zayn no suena preocupada, como me esperaba, sino más bien ligeramente cansada, aunque no sé de qué-. Voy en seguida. Ahora os veo.
Cuelga antes de que pueda decir nada más. Bufo y me vuelvo hacia mis amigas. Están sentadas alrededor de una mesa baja que hay en una pequeña sala de espera pegada al vestíbulo. Me encojo de hombros y entro.
-¡No! ¡No es justo, casi no recuerdo las reglas!- protesta Blanca, alzando las manos. Sonrío, contenta de que vuelva a estar algo más relajada. Estos últimos días ha estado demasiado tensa y callada para mi gusto. Veo que juegan a las cartas españolas, y siento una punzada de añoranza hacia mi país.
-Esa memoria... de verdad, no sé cómo te aprendes las canciones...- está diciendo Clara, para picar a Blanca. Ella la fulmina con la mirada y replica:
-Al menos me acuerdo de mi propio número de teléfono.
Clara arruga la nariz.
-¡Eh! Eso fue hace mucho, y era un día que tenía un dolor de cabeza...
-Ya, ya- repone Blanca, riendo-. Excusas.
Clara hace un gesto con la mano, indicando que no le importa lo que diga. Entonces me ven.
-Por fin, Lucía. ¿Con quién hablabas?- pregunta Clara, haciéndome un hueco en el mullido sofá en el que se ha sentado.
-Con Zayn- respondo, colocándome a su lado-. Le he avisado de lo ocurrido. Pero no se ha inmutado mucho, la verdad.
-¿Va a venir?- pregunta Blanca, a bocajarro.
-Eh... sí. Dijo que venía en seguida.
Blanca parece a punto de decir algo más, pero cierra la boca y asiente. Me recuesto contra el respaldo acolchado de mi asiento y me estiro.
-Dios- suspiro, bostezando-. De repente me ha entrado sueño.
-Pues duerme- repone Clara, barajando las cartas-. ¿Juegas?
-¿A qué?- pregunto a mi vez, frotándome los ojos. Por cierto, ¿y los chicos?
-Ni idea- dice Clara, y saca su móvil. Señala la pantalla-. ¿Les llamamos?
Entonces suena el móvil de Blanca. Ella descuelga y se lo lleva a la oreja. El que ha llamado dice algo, y luego mi amiga propone que poner el altavoz. Una voz femenina que conozco ya bien suena, distorsionada, a través del cacharro:
-Estoy con Louis y Harry. No sabemos qué hacer, y estos dos... ¡Ay!- suelta entonces-. Bueno, están haciendo una guerra de almohadas. Os digo que voy a acabar machacada como no me rescate alguien con un plan.
Soltamos una carcajada.
-Vale, vale- la tranquiliza Blanca, conteniendo aún la risa-. Podemos ir a dar una vuelta por la ciudad, que hace días que no la veo.
-Es verdad... Ay, que pereza- suspira Melissa.
-¿El qué te da pereza?- inquiere Clara.
-Las clases... empiezan el lunes. Es decir pasado mañana.
-¿Te has apuntado al final?- pregunto yo, interesada. Yo y Blanca no tenemos clases, por nuestro trabajo.
-Sí. Además, podré entregar las entrevistas que hice durante el tour. Eso me servirá a cambio de los exámenes iniciales. Ya los habéis tenido, ¿no?- se dirige a Clara.
-Sí. Los hicimos online- asiente esta.
Suena un golpe sordo a través del móvil, y Meli suelta una sarta de palabrotas dirigidas a los chicos que la incordian.
-Bueno, nos vemos en unos minutos ante el hospital. Espero llegar entera.
-Adios- respondemos, y Meli cuelga.

Narra Noelia
Me fui del hotel en cuanto me levanté, y ahora estoy sentada en un parque tranquilo y aislado, leyendo un libro. Necesito relajarme un poco. Hace una brisa agradable y el sol me calienta la piel. No hay nadie más en el parque, ni niños revoltosos ni ancianos cansados. Sonrío y miro hacia el cielo. Hay pocas nubes, y está completamente azul. Bajo la mirada al cabo de unos segundos, porque la luz hiere mis ojos. Entonces suena mi móvil. Estoy a punto de no cogerlo, pero el repetitivo pitido acaba venciéndome, porque no lo soporto. Gruño y miro la pantalla. Mi humor cambia al leer el nombre que brilla en ella: Niall.
Noto cómo los latidos de mi corazón se aceleran y se intensifican, y pronto los siento en cada fibra de mi ser. La sangre me zumba ligeramente en los oídos mientras a mi mente vuelven las imágenes del día en el que me caí al río con Niall. Mis dedos aprietan el botón verde del móvil casi con desesperación. Temo que Niall oiga mis temblores nerviosos a través de la línea. Sonrío al oír su voz:
-Noe, ¿tienes algo que hacer?
Unas mariposas nacen en mi estómago. Consigo responder, con voz entrecortada:
-No, nada. ¿Por qué?
-¿Te apetece que demos una vuelta?
-¿Puedes sin que te ataque medio mundo?- inquiero, enarcando una ceja.
-Sé camuflarme- replica él. Me río un poco, porque de pronto me imagino a Niall en forma de camaleón-. ¿De qué te ríes?
-De nada, de nada. Claro que me apetece verte... ¿dónde nos vemos? ¿Ahora mismo?- creo que mi voz suena claramente ansiosa, pero ya no me importa mucho.
-Puedo pasar a por tí, si me dices dónde estás. Te invito a algo y vamos a mi hotel, por ejemplo...
-No- corto.
-¿No?- suena desilusionado y sorprendido.
-No te dejo invitarme a nada, pero claro que voy, tonto.
Empiezo a reírme de su ingenuidad, y casi puedo ver cómo arruga la nariz.
-Ya veremos. Anda, dime tu paradero.
-Le digo como puedo cómo llegar hasta el parque, y él me asegura que en seguida llegará.
Intento volver al libro, pero por mi cabeza rondan demasiadas ideas fantásticas, infantiles y estúpidas sobre Niall y yo.
-¡Ay Noe, por dios! ¡Lo del río fue un accidente!- me grito a mí, misma, frustrada.
«¿Estás segura?» me susurra una voz en la mente, pícara. Agito la mano, como si pudiese apartarla como a las moscas.
Narra Melissa
Me cuesta contener la risa cada vez que miro a mis dos acompañantes; Louis se ha puesto unas gafas de mentira y una gorra que le tapa media cara y le da aspecto de mafioso. Además, se ha metido ropa bajo la camiseta, para simular una panza. Harry se ha pegado una barba postiza y un bigote a juego, y lleva un bastón en la mano. No sé qué mosca les ha picado, pero estoy segura de que no se disfrazan tanto cuando salen normalmente. Al menos no les reconocerán.
Hemos cogido el coche rojo de Harry, y él me ha ordenado que conduzca, porque dice que un abuelo tan viejo no debe hacerlo. He puesto los ojos en blanco al oír semejante tontería, pero he cedido.
-Las otras no os reconocen en la vida- repito por enésima vez, mientras ambos payasos se pegan tortas en los asientos traseros.
-Mejor- repone Louis.
-¿De verdad vais a ir así por la calle?- inquiero, mientras giro el volante para torcer una esquina.
-¡Claro!- responden al unísono.
-¿Qué pasa? ¿Te da vergüenza?- trata de picarme Louis, pero no muerdo el anzuelo.
-Para nada. Pero me gustaría tener la sensación de acompañar a dos jóvenes, y no a dos locos- gruño.
No dicen nada. Y yo tampoco digo nada más hasta que llegamos al hospital. No les permito que me acompañen a buscar a mis amigas, porque no quiero ser el payaso del complejo.
Cuando pregunto por mis amigas a la recepcionista me indica con la mano una sala contigua al vestíbulo. Le doy las gracias y entro.
-¡Ya estoy aquí!- digo, a modo de saludo. Clara corre a abrazarme, y yo le devuelvo el abrazo de buena gana-. Chicas, os advierto de que los dos locos que llevo en el coche están disfrazados de forma ridícula para camuflarse, según ellos.
El resto se ríe.
-¿No es eso lo que más nos gusta de ellos? ¿Que son ellos mismos todo el tiempo?- apunta Lucía.
-Es verdad. Dios, no me creo todavía del todo que sean nuestros... ¿amigos?- suspira Blanca.
-Yo creo que sí que podemos llamarles amigos- sonrío, y salimos de la sala.
-Oye...- vacila entonces Blanca, parándose en seco- debería esconder un poco mi identidad, o armaré un revuelo tremendo.
-Ponte algo discreto, no como los otros, por favor.
-Tranquila, no pretendo asustar a medio barrio- repone mi amiga, guiñando un ojo.
Se pone unas gafas de sol y una gorra de skate y andamos hasta el coche.
Cuando nos hemos sentado como podemos arranco el motor y nos dirigimos al Starbucks

al que quiere ir Harry. Me siento muy bien, como en un sueño, casi como si flotara. Al igual que a Blanca, me cuesta asimilar del todo nuestra situación. Tengo el presentimiento de que hoy no se me borrará la sonrisa.

Hi guys:)
Buueno, he tardado mucho en subir, pero es que no he podido escribir... aquí os dejo el capítulo. Veo que hay lectores, pero nunca me dejáis comentarios. Quiero ver alguno, en serio... Os recuerdo que podéis comentar sin tener cuenta. Tenéis que ir al final de la página, buscar donde pone el número de comentarios o "ningún comentario" y darle a eso. Os aparecerán los comentarios y un espacio para poner el vuestro
¿Qué opináis del problema entre Perrie, Blanca y Zayn? ¿Y de María y Liam? ¿Creéis que María se recuperará? ¿Y lo de Niall y Noe, saldrá adelante?
En el próximo capítulo saldrá la "cita" de estos dos últimos, y la desastrosa y revuelta tarde de Louis, Harry, Melissa, Lucía, Clara y Blanca. Puede que pase algo más... 
Besos, y gracias por leer.
Blanca

2 comentarios:

  1. Me envanta tu novela y respecto a lo de zayn y blanca que se besen o qye pase algo y di algo de Harry y clara( bueno y de todos).No pares de escribir o me quitaras la vida UN KISS CARI

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Graaacias cielo<3 Jajajaja paciencia, paciencia:) Habrá rollo habrá... no voy a dejar de escribir, nunca<3 Un beeeso!

      Eliminar

Comment, comment, I won´t bite you... xxx